lunes, 30 de abril de 2012

Despertar a la hora de dormirse


Fea
Feo
Mongola
Mongolo
Te quiera
Te quiero.

Se está bien aquí, tirado. No escribes nada. Es que siempre escribo cosas agrias. Pues escríbelas; así, cuando vuelvas, nada te parecerá tan malo.

¿Volver? ¿Alguna vez tuve a donde volver?

domingo, 1 de abril de 2012

Con los pies en la arena


Ojos grises, cansados. La piel arrugada recubre un cuerpo difícil. Y como un cuadro que la vida no ha sabido colocar, no sé si por demasiado moderno o demasiado sobrio, sus ideas más sinceras se encerraron en un álbum, alejadas de toda exposición involuntaria.

En el aula magna, 300 alumnos miraban con recelo a un hombre que no estaba interesado en la tarea. Al final de su intervención, una alumna atrevida le ocasionó una sonrisa, al preguntarle: ¿sinceramente, es todo lo que puede explicarnos sobre su trabajo?

¿Estás soltera? -La pregunta la dejó lisa como una piedra de río-. Cuando respondió que sí, el anciano prosiguió:  pues levántate; el chico moreno de la primera fila está soltero. Ve, y bésalo. Eso es todo lo que puedo explicaros sobre mí. Mi trabajo no consiste en circunferencias perfectas, consiste en besos imperfectos; mi trabajo es vivir.

El agua del mar mecía la madera de la dársena en medio de la noche. Él entraba en casa. Una joven deslizó las manos hacia su nuca. Allí, tiraron de una pequeña cremallera, que iba desde la primera vértebra hasta la última. Ojos verdes, cansados. Una delicada piel siempre a punto de romperse a causa de un interior desbordante. Me gusta el sonido del agua contra la madera, sobre todo si está oscuro. ¿Más que tomar el sol en la playa? Mil veces más.

 Cola ilusión d´un neñu que deprende a sonreír (Desakato, "El mio camín").