miércoles, 28 de noviembre de 2012

Laberintos de libertad y miedo

El peor de los laberintos, no es el de paredes más complejas.  La toma de decisiones mas difícil no es la que se te presenta bifurcada, y aunque agobiantemente estés abocado a tirar una de las opciones a la basura, el camino solamente está bifurcado. Las paredes solamente restringen algunos movimientos, pero a fin de cuentas nunca restringen el camino hacia tus deseos, solamente, solemnemente, marcan el camino. En cambio, un laberinto de infinitos caminos, donde no hay ninguna seguridad, ningún destino. ¿Como encontrar la salida? Sin ninguna pared a la que enfrentarse, tampoco ninguna donde apoyarse. Donde estan, no se ven las certezas, los sueños, el fin del camino, el camino. Y sin nada de esto, ¿como pretendemos huir?

Quizá la única manera es darse cuenta de que los peores laberintos, son como las victorias mas dulces, en las que empiezas sin ningún sitio a donde mirar, sin ninguna esperanza. Pero mientras tanto, podemos seguir con el ladrillo y la argamasa levantando un laberinto a nuestro alrededor, hasta que algún día explotemos y pidamos libertad y miedo.

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