martes, 27 de diciembre de 2011

El telediario a la hora de comer


El hombre es un animal en cuya naturaleza está implícito el lenguaje, la comunicación.  No se pueden entender las relaciones humanas si no son a través del lenguaje, pues todo pensamiento humano tendrá que pasar necesariamente a través del lenguaje, de la palabra, para ser si quiera concebido, así que no digamos ya expresado. No hay pues realidad humana que no este condicionada por la palabra.

Me dispongo a comer, enciendo la televisión y pongo el telediario. Cómo no, la lingüística en primera plana. Unos trajeados tipos deciden el destino del mundo en sus despachos, esta vez han decidido subvencionar la palabra guerra. Según sus altos entendimientos la grave recesión en el crecimiento de los medios de comunicación se solucionará mediante está medida que reactivará el boca a boca en las calles. Un corresponsal en el instituto Cervantes dice que el conjunto de catedráticos se han tomado bien la medida y que en concreto Guerra y paz de Tolstói ha subido cinco puntos. Mientras a pie de calle la situación viene siendo la misma, hay manifestaciones que piden al gobierno que autorice decir tacos y otras que simplemente piden libertad de predicado. Poco parecen arreglar los problemas reales el fomento de guerra, para acabar se ponen unas cuantas imágenes de no sé qué  campamento de refugiados en África, donde se mueren de hambre por ser su país de nombre impronunciable, eso sí, esas imágenes pasan rapidito. Mientras a mí, se me ha enfriado el plato.

No se puede, pero se permite. La acción productora, la economía, pretende convertir al hombre en más hombre, no en economista. ¿Lo de ahora? Una aberración, una perversión donde se ha perdido gravemente el norte.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Y entonces, quizás.


Hace tiempo que no escribo, no sé si es que quiero mantener mi última entrada en primera plana o que no tengo nada que escribir cuando todo va bien. No sé a qué viene tanta dificultad para pasar página, cuando acabo una entrada me parece que no se me va a ocurrir nada más, que ya está hecho lo mejor que puede salir de mi. Pero sin duda sería más triste la segunda opción. No es bueno alimentar la mente solamente con angustias, pero es incluso peor no poder alimentarla con otra cosa. Lo primero ya está solucionado, lo segundo supongo que solo se puede resolver viviendo y disfrutando,

Y luego ya
                               Quizás
                                                               Se me ocurra algo.

Y si no, solo me queda ser un sonriente idiota, porque no vais a conseguir despeinarme la sonrisa.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Acción


Me veo en un coche, tengo por delante un viaje. Supongo que en un viaje es imposible saltarse un tramo, digo que es imposible porque los atajos simplemente son otros tramos que debemos caminar, aparte no siempre son más cortos.

Es imposible saber si una línea será recta sabiendo solo dos puntos por los que pasa. Es imposible adivinar cuál será el final de un segmento con solo un extremo y un vector director. Con cuanta más precisión sepamos donde acaba una línea más difícil nos será saber cuál es la dirección a seguir y viceversa, es el principio de incertidumbre de los viajes.

La clarividencia nunca fue uno de mis puntos fuertes, admito que de hecho quizá sea uno de mis muchos puntos débiles. Acabo de empezar el viaje y empiezo a ver los primeros carteles, cuando los leo no tengo ni idea de cuál será el que me diga bienvenido al final del camino.

¿Me gustaría estar en un tren? El concepto de viajar en tren quizá por menos común sea muchísimo más poético que el de viajar en coche. Cuando estoy en uno vuelvo a ser niño, vuelvo a ir de la mano de una fuerza ordenadora que redirige suavemente una fuerza terca que me lleva hacia delante. Las redirecciones son como el vaivén de una mecedora, cuestionarse si son necesarias es una estupidez, al fin y al cabo la gravedad va a seguir ahí. El problema es que mi tren contamina con el humo mi pasado, el tramo de vía que ya pase, lo oscurece y lo difumina. Muchos siguen sin mirar al pasado dejando atrás el hollín y respirando el aire limpio que está por delante de la locomotora. Yo en cambio me hice asmático de tanto respirar el hollín del pasado, ¿pero acaso se puede construir un futuro sin mirar al pasado?

Será poético pero no nos parecemos una mierda a un tren.
El hombre es producto aleatorio de una inmensa cantidad de casualidades que quizás nunca lleguemos a descubrir. El hombre desde su insignificancia cósmica tiene algo que lo hace grandioso, es consciente de ello; mejor dicho los que no poseen ninguna neurosis son conscientes de ello. No se es consciente de ello innatamente, pero darse cuenta es algo intrínseco al ser humano. Al igual que una sociedad más justa es inevitable a través de la evolución, aunque de momento muchos no alcancemos a vislumbrarla.

En medio de su viaje, como sociedad y como individuo, el hombre rompe sus esquemas, ve dinamitadas las seguridades de su vida,  dios ha muerto y la persona que quise también. Se encuentra el hombre ante el momento más importante de su viaje,  el de caer en un sitio donde no se puede caer más, en un plano transparente, en silencio, liso, sin olores e infinito. Allí donde no se puede caer solo le queda ascender, es lo que hace a la sociedad, al individuo, estar abocados a la evolución. Los problemas de confianza en ello están producidos por la carencia de una visión global y atemporal, como cuando pisas una mierda, la ves asquerosa, te mancha los zapatos, la hueles… y no injustificadamente no logras ver que está producida por la digestión de un perro callejero que de no comer ese día moriría. Pero el hombre situado en el plano infinito no debe cometer ese error, el error del que solamente respira el aire que va por delante de la locomotora. Debe mirar a su pasado, respirar y aceptar el aire de su pasado que ya no está contaminado como consecuencia de su fuerza de avance. Debe mirar a los lados y darse cuenta más allá de la inmensidad solitaria de una mente  hay infinitas explanadas que pertenecieron, pertenecen y pertenecerán a otras personas, y cada una de ellas es diferente. Mira entonces hacia delante, pero no solo al frente, una visión 180 grados y no una visión una visión unidimensional de un único camino a seguir.

El miedo escénico propio del hombre arrojado a existir de Sartre,  re entendiendo la existencia como aceptación de la insignificancia de nuestra conciencia, ya está controlado, mediante una reflexión de 360 grados. Solo queda ascender, no en un ascensor automático como proponía Platón, pero tampoco escalando una cuerda unidimensional con esfuerzo cristiano. 

El coche está parado en un semáforo, miro el parabrisas que por causa de la lluvia tiene los bordes llenos de gotas, en cambio la gran mayoría está seco por los limpiaparabrisas. Las gotas que están en la parte de arriba son grandes y parecen que van a caer en cualquier momento, pero solo una lo hace. Hay otras que son más grandes, que se unirían con más gotas y serían todavía mayores, pero por cuestiones que un observador no logra reconocer solo esa pequeña gota, que no es más especial que ninguna de las demás, cae. Me limito observar cómo ser desliza a través del cristal plano, transparente,  en silencio, liso, sin olores e infinito. Su camino es a la vez su desintegración y sin haber llegado abajo, la gota ya no existe, solo existe su camino hasta que lo limpie el limpiaparabrisas.

Hay que ser agua, más concretamente gota y desintegrarse en nuestra realidad porque es la única manera de comprometerse con ella. Esto es una verdadera ascensión, para la que aunque estemos predestinados está permitido tener miedo.


I'm scared of the middle place
Between light and nowhere



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Entiéndase como sonrisa, caricia, beso.



Un abrazo, feliz; no puede ser de otro modo. Es natural, por ello me enredo en él. Lo que me atrae es hundir las manos en la hierba pero lo que de verdad acaba de fascinarme es cuando las hundo en la tierra húmeda. Entiéndase la humedad de forma relativa, como humedad fría que aterido me fuerza a dar el abrazo y hace que de repente seamos uno; pero también como la humedad que proporcionas, como la humedad que proporciona una buena compañía al hundirse en sus ojos.


Looking for identity


"By now you should've somehow 
Realized what you gotta do" 

Creo en ser intimista, deja de buscar, eres tú.



Sé cómo hacerlo, lo prometo, me lo juro. Espero no perder el norte, realmente sería una putada, pero no puedo permitirme el lujo de arrancarme más perlas buceando en las cuencas de mis lacrimales. Sincero te miento y me escapo con la duda de si algún día llegaré a ser lo que fui. Quiero creer que en una historia en la que tú eres el final yo, al menos, puedo ser el principio. Y como principio me planto,  mis ramas crecen hacia lo que es y será  nuestra casa tapada con hiedra, me tuesto y me acuesto en el sol de tu mirada, perdida, vaga. No eres una pared, olvídate. Eres lo que hay dentro.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Examen de metafísica.

Una visión simplificada de un beso sería la de un movimiento ondulatorio, que a través del movimiento de una sola partícula de la cuerda del tiempo, sobre la cual caminamos, logra transmitirlo a todas las demás partículas.

Considerándolo así, ¿qué amplitud debería de tener un beso cuya frecuencia sea de 0.5 Hz para hacer que perdamos el contacto sobre el suelo?

Sol.: Solamente 1.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Algo pequeño... una sonrisa?


Me encuentro. Veo un río. No es de por aquí, debe de haber venido en patera intelectual. Las reglas son las mismas, el agua se desplaza haciendo de sí mismo etéreo, pero a la vez dándole vida y sobre todo fuerza. La voluntad le da la fuerza, así que la voluntad le convierte en etéreo. Es imposible ser atemporal, la ingenuidad propia del niño es admirable pero la estupidez del atemporal es de bestias. Su definición pues no es agua, es movimiento de agua; Pese a ser inmigrante denota rasgos occidentales.

Parte, separa, hemisferia dos bosques. Pero antes que separarlos les da vida. Es pues una partición, separación, hemisferiación necesaria. No puede ser de otro modo. Es momento de reflexión, de escuchar una canción.


Vuelo, me encuentro en la lejanía. Ahora solo veo colores ocres, tonalidades otoñales. Hace nada era primavera. Los dos caminábamos entre cerezos en flor, la gente nos miraba. Íbamos atados con una cuerda roja, mentira. Te até. Mirabas perdida y te ibas sin saber a dónde, solo quería salvarte la vida, mentira. Me ataste. Mirabas perdida por no mírame, solo querías salvar tu vida, mentira. Los colores ocres denotan humedad, empiezo a pensar que no es tan extranjero. 

Desciendo y los colores se transforman en rojo. Intenso, fuerte, vivo. Voy solo, pero no necesito estar solo, así que miro a las ramas de un árbol. Tú. Es momento de que hablen tus ojos.



Es cierto, me equivoqué, así quise que fuera; no es extranjero, aquí abajo estás húmeda. Me encuentro, es momento de sentir.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Intimizo, vierto.


Sin comerlo ni beberlo llegue a ser un sufridor de cuatro esquinas. Siente cierre claustrofóbico de esclavo sin dueño el que pretenda, el que se convierta en iluso escapista de la realidad. 

No somos tú los que juntamos las manos y pedimos un mundo mejor. Persona difusa que se escapa y miente a mi ilusa sinrazón; de cuerpo etéreo y frágil cerrado con pomo de hierro. Me hallo en ti y vierto en mí todo recuerdo que atormente mi ladera, por la cual me deslizo en barro y muero ahogado.

Relación como principio, como fin de  un estado transitorio, como único medio para entendernos. Existe realidad solitaria, pero carece de sentido. La autarquía es una relación en sí misma, abstracción necesaria que objetiviza nuestra propia mirada. Cuando ya nadie mira a los ojos no recurro a un espejo, apelo a que halla en mí una esencia que refleje al ser mirada, que no esté contaminada.


sábado, 19 de noviembre de 2011

La dignidad.

La cultura de los pueblos está influenciada por unas características de vida totalmente contrarias a las que hoy definen nuestra vida. Los ricos "rituales" y costumbres denotan una visión olvidada de la realidad, un prisma pisoteado por una cultura inventada, venida de fuera, que no da pie a ser interpretada como evolución, pues no existe conexión entre los dos modos de vida.

Es increíble la pulcritud que podían tener unos campesinos en los funerales de su parroquia, en los que lucían no el mejor, si no el único atuendo formal que podían tener. Siempre fui enemigo de los protocolos y formalidades, pero eso no era un protocolo, eso era respeto. Quizá tanto izquierdismo barato nos haya hecho perder las formas en cierto sentido, pero es lógico pues muchas de esas formas se han convertido en algo diferente. Se han pervertido, pasando de mostrar lo humano a endiosar lo material y efímero.

Admiro la dignidad de quien menos tiene, del que no tiene nada. Admiro la dignidad que puede tener alguien que lleva trabajando toda su vida por sacar a su familia adelante; aunque no sepa quién es Aristóteles, conoce mejor que cualquier filósofo barato lo que es la virtud. Odio al que busca el respeto en lata, al que piensa que la dignidad esta en impresionar al contrario, estableciendo así una situación competitiva y absurda. El respeto proviene de la dignidad de una lágrima, de la dignidad de una flor aplastada por una piedra.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tango turquesa


Una pareja baila un tango, una rosa rodea, que no aprisiona, su cuello. Con las vueltas y espasmos su sangre salta de la yugular a su vestido, a su alma. Su alma vive, su alma se tiñe; con fuerza loca, con fuerza libre.





Me encuentro a mi princesa


Quiero salir y empaparme de rayos de sol. Que me mojen el pelo y cierre los ojos al introducirme en su baño de agua caliente. Mis ojos explotan, en una montaña de sentimientos contradictorios que me hacen avanzar hasta verte, hasta perderte de vista. Estoy ciego de no mirarte, pero un destello se me queda en el entrecejo cada vez que te miro, es una caída, una caída al vacío; bueno o malo: vacío. Sentí una explosión, el suelo retumbó, mis oídos se retorcieron y empezó a oler a ti, a pólvora... ¿Dónde está? supongo que estuve mal formulado. ¿Dónde estabas? No te veo. No te vi. ¿Te veré? Odio las preguntas retóricas. 

El sueño va sobre el tiempo, flotando como un velero. Fluyo y me haces mella mientras abro semillas, y es que en tu corazón reboso paz. En tu corazón rebosas guerra, fuego. Con tus espinas me hago un colgante para recordarme que sangro, que fluyo en ti y me desgasto. Vierto en mí to lo bueno y me hago un escudo de agua clara que baja de tu mirada, pero no quiero verte en día ni en noche. Solo te veré en ocaso, cuando la luz de tu mirada llore antes de ser puta y reviente todos mis cinceles.

Camaron De La Isla – La Leyenda Del Tiempo (Bamberas)

lunes, 14 de noviembre de 2011

Estroicismo angular

Sabemos pocas cosas, debemos criticarnos hasta que nuestra última estupidez sea creernos estúpidos. Fluye, se pelea con una delicadeza pasmosa a través de los recovecos que se dejan al bajar la música de volumen.

Aquí al lado hay una pestaña/opción de programar la salida de una entrada para una hora determinada, el angular realmente no me veo capacitado para saberlo, pero el estroicismo la va a reventar. La única razón antropofantástica de que tengamos pelo en la cabeza es claramente crearnos situaciones reales que determinen nuestro pensamiento. Por ejemplo es imposible tener el pelo de rastas obligando a cada pelo a entrelazarse con los demás, por eso todas las culturas con rastas en el pelo son menos alemanes que el resto. Para esta definición lo que me interesa es la cuestión de las melenas, como se deslizan entre los vectores de fuerza gravitatorios como Natalie dirigida por Aronofsky, duàl, humàna, enfèrma, geniàl. Pero bueno esta interpretación atropofantástica es para los tontos, los listos tienen pelo en la cabeza para que sus ideas no pasen frío, son alemanes.

No puede existir ninguna relación, sin admiración, por eso te miro desde abajo y te admiro. El coseno de ese ángulo es un número complejo ¿Qué tipo de número podría sino explicar la relación que existe entre dos rectas que se cruzan con el mismo grado de humildad y admiración? Todos los que no son alemanes. 

Admirar es fácil cuando todo va bien, pero hasta que no hayas admirado en la peor de las situaciones no habrás amado.


sábado, 12 de noviembre de 2011

Compusiste tu vida entorno a la locura



Ahora que te miro y estas rota por dentro pienso. 

Me quedo en mi rincón oscuro y callo,  no siento.

 La ventana es vieja y no cierra bien, un hilo de aire se desliza sobre mi cuello. Me respigo y pienso: ¿Estoy otra vez aquí?

 Miro alrededor y no sé si es mi percepción o la realidad, pero ya no estoy allí. Estoy harto de pagar peajes así que  no paro de intentar llamarte a cobro revertido, tengo miedo de llamarte y que una vez más no lo cojas; pero de todos modos mi tarifa es muy cara y hace tiempo que mi cuenta del banco se quedó sin saldo.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Pienso, luego amo. Y si pienso porque amo, pensaré eternamente.

Te quiero decir unas cuantas cosas no diciéndote nada, seria genial, hace mucho tiempo que no lo hago, con nadie.

Me gusta la L. que hay al final de tu carta. En este caso sé que solo significa la inicial de tu nombre, pero así puesto suele significar te amo. Cuando lo leí pensé que genial seria que en vez de decir te amo se dijera la propia inicial de quien lo dice. Y que amar signifique eso...

E.

martes, 1 de noviembre de 2011

Los preceptos de los sin-porqués

Lo que no se vale es hacer trampa, eso es auto engañarse y es difuminar la esencia del juego, bastante difusa de por sí. Lo que no vale es ser lobo y decir que no te apetece comerte al cordero.
Se nos olvida, hay que ser naturalistas. Vitalistas, amantes de nuestra realidad. Nacemos y morimos, ¿acaso se puede tener miedo a la muerte?
Machado sugería, más gustoso que Epicuro: La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
No se puede jugar a un juego que pretendes disfrutar si no te gustan sus reglas. Solo hay un camino, que te gusten esas reglas, así que no conviene pasearse por la cuerda floja y razonar para cuestionarse lo incuestionable, estamos vivos.

Jose Gonzalez – Down The Line

domingo, 23 de octubre de 2011

Jugaban

Dos niños jugaban. Se lo pasaron bien, lo hicieron por simple diversión. La noche se acercó demasiado y los dos tímidamente se despidieron. La despedida constó del intento de describir en un gesto lo bien que se lo habían pasado. Después se preguntaron los nombres, dónde vivían. Vivían a unos kilómetros de distancia, pero uno de ellos tenía una bicicleta.

El chico cogió la bicicleta, como de costumbre, y se fue a jugar. Sintió las piernas cansadas de los muchos días que hacia ese recorrido. Cuando llego lo dijo, ya en compañía, recibió una respuesta auto justificante pues era el quien tenía una bicicleta. Dos niños jugaban, lo hacían porque habían acordado hacerlo.

El chico cogió la bicicleta, pedaleó y se cansó. Pensó que aunque a él le costara menos, algo le costaba, así que podría ser el él alguna vez el anfitrión. Visto así el día siguiente los dos niños jugaron pero la bicicleta no avanzó un metro, jugaron porque lo habían acordado.

El chico cogió la bicicleta, pedaleó y se cansó pero al día siguiente no pedalearía, eso le animó. Pero un vendaje se interpuso entre lo acordado y la realidad, así que tuvo que pedalear al día siguiente. Los dos estaban cansados, uno de ellos pensó que era por pedalear, pero dio igual, jugaron porque lo habían acordado.

El chico llegó cansado, había pedaleado mucho. Parecía cansado y esto se reflejó en unos ojos con culpa. Al día siguiente sin la bicicleta haber avanzado un metro jugaron, con un cansancio extremo en uno de ellos, en teoría por caminar.

Un joven miro al pasado y se disculpó, sin saber a quién lo hacía. Mientras dos niños jugaban, y cuando uno se cansó de pedalear no vino al día siguiente, y cuando jugaron lo hicieron porque se divertían.

martes, 18 de octubre de 2011

Eterno cambio


Imaginemos la sociedad actual, no sabemos a qué cambiar... no sabemos a dónde ir... pues simplemente vayamos cambiando cosas que no funcionan, pero con agilidad, el simple impulso que da el cambio hará que el cambio funcione. ¿Qué no funciona? Sigamos cambiando, que nuestro leitmotiv sea la metamorfosis, no el escepticismo paciente.

domingo, 16 de octubre de 2011

Cuando miras una hoguera

Miras, sientes con el cerebro, pero no piensas.

Admites pero no buscas explicación.

Cometemos el fallo de enfadarnos si no nos da calor, y soplamos haciendo que se consuma más rápido.

Otras, más sensatos miramos y por la propia naturaleza del fenomeno sabemos que se va a acabar y aun así, muy acertadamente, no soplamos, ni nos preguntamos cuanto combustible queda, porque si el combustible llega lo hará solo, y porque debe de llegar. Y que se acabe el fuego no es suficiente razón para que lo haga.