miércoles, 21 de noviembre de 2012

Conocidos

Dos extraños en la cama de un hotel, follan. Sus cuerpos se abrazan, o se superponen o se comen, yo que sé. Egoístas, calientes, hedonistas... maquinas de placer, ¿automático? ¿homeopático? Y no está puesto al tun tun, que te crees, ¿que esto son palabras sin más, que hablar? Quizá sea verdad eso de que una pequeña dosis de desconfianza real mata a los males mayores, comunes, rutinarios; peligrosos.

Lo que pasa es que, ¿entre dos conocidos como refugiarse de sentirte extraño? Entonces se buscan, se refugian pero sobre todo, se follan. ¿Y después? No hay después, se para el tiempo. No mierda, eso es romántico y estúpido. Y no estamos, están, estarán, aquí para tonterías. Después se apaga la luz, que había estado encendida todo el rato, y pese a la oscuridad, había alumbrado vuestros sueños. En ese pozo, con fondo que has tocado, toca tocar el botón del ascensor para subir, pero espera, tócame un poco mas. Bésame. ¿Ahora? Si, no creo que haya muchas más oportunidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario